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jueves, 30 de octubre de 2014

Meretrices “Sin Cédula” abundan en San Juan.


Caminando por las calles de San Juan de la Maguana varias con aspectos de hermosas aunque otras luzcan destartaladas, la vista hace que el trillar por las mismas no sea fastidioso, al menos eso creía yo cuando era pequeño y me traían a la ciudad para con mi padre hacer diligencias, él se cansaba y yo estaba listo para pasear por dos o tres kilómetros más, esa era mi pasión, ver los letreros y casas de esplendido color y gran distracción.

El tiempo ha pasado, ya las calles y esas casas también se han transformado y lo que mas luce es ver pequeñas mujeres de edad, que les falta poco para ser adultas, que distraen la vista hasta del más ortodoxo turista o foráneo y del más reservado profesional de cualquier disciplina de la ciencia de la vida. Estas muchachitas que han de lucir sus atuendos sin temor, poca o casi nada de ropa a plena luz del día, sin la vergüenza que suponía en los tiempos de mi mamá y de aquellas o aquellos que ya hoy pasan de los 50, dice que el tiempo ha cambiado o mas bien la educación que salía de los hogares si ha variado.

Desde el seno de la familia es que se construyen los mejores y valorados seres humanos, aquellos y aquellas que han de construir un mejor país, pero quizás estas líneas de este tercer párrafo luzcan muy teóricas y con aspecto de un conservador y mas allá de algún patriótico, pero es mejor ir al asunto del tema, de esta manera muchos no llegaran al mareo constante.

Como flores en primavera o lluvias en verano estas adolescentes de mi pequeña tierra no están por lo menos supervisadas por sus adorados padres (progenitores), porque con sus actitudes lo dejan todo al descubierto. Desde visitas extendidas a casas de amigas o amigos, escapadas de los centros educativos o aquellos llamados institutos, estas jovencitas hacen con sus vidas lo que quizás sus padres jamás pensaron una vez hacer con las suyas.

Es por eso que conozco un amigo que hace menos de dos años tenía una simple pasola o motor con el cual podía resolver sus afanes de distancias, pero hoy en día cuenta con una lujosa y cómoda Jeepeta. Como con la suerte de aquel que se ha ganado el loto o el premio gordo del año. Es que mi amigo el pasolero, es hotelero. Sí! alquila habitaciones por dos horas a 300 pesos dominicanos y de 20 camas que tiene en su fructífero negocio, muchas veces tiene que decirles a sus clientes, que siempre van acompañados de estas mujeres, que no cuentan por lo menos con la necesaria edad para frecuentar esos lugares, que deben de esperar un rato mas, porque el lugar se ha llenado ya.

Las cosas a mi amigo le han ido bien, es que no hay una ley que se haga cumplir en la cual él deba de decir; ‘’usted jovencita aquí no puede venir’’, es que su negocio tiene que seguir, de ahí es que él dice tiene que vivir, además no es culpable de lo que esta pasando aquí, donde estas niñas de ‘’sus casitas’’ están dando clasecitas en los moteles como si fueran sus cuarteles o escuelitas.

Y de seguro muchos preguntarán; ¿pero los padres no saben de esta realidad? Yo les diré que sí, que ellos saben de esta triste situación. Quizás ya no quieren pelear, saben que perdida la guerra la tienen ya, que la educación en la casa no la supieron dar y estas circunstancias por múltiples cosas más también se pueden proporcionar.

Estas chiquitas que lucen sus pintas (ropas bonitas) y caminan como princesitas, se han ganado las críticas de los que atónitos observan sus características y personalidades extremistas mas allá de sus edades de niñitas que rondan los 13, 14, y las viejitas de 16 y casi 18 que por su experiencia en la vida sexual prematura dan cátedra, pero en sus casas si les preguntan de esas cosas dicen que no saben nadita.

En un renglón de la población, en aquél que es de clase baja o media, tampoco sin dejar escapar ese el que esta mas alto, estas mujeres de poco edad y de aspecto muy bonito, han decido explotar sus cuerpos en una clara lucha por la necesidad de alcanzar un mejor estado situacional de manera económica en su hogar, cuando digo que en su hogar, no puedo dejar escapar la complicidad de los adultos que las han de dominar como hemos mencionado sus padres, porque no se explica que una de estas chicas que no trabaja o si lo hace no gana de salario una cantidad justa para en tres meses aparecer con decenas de ropas nuevas y de marcas, además vehículos de dos gomas o cuatro que ni durando cinco años se puede lograr dicha proeza, pero estas mamacitas saben hacer magia con sus alcancías.

Si del amor a lo material nos vamos, el amor en este extremo no existe, más bien pernocta la avaricia, las ganas de salir más rápido que de carrera de una situación agobiante económicamente hablando, que echar la pelea por una buena educación en una escuela o universidad para dar un mejor ejemplo en la sociedad.

Con lo que plantearé no hay necesidad de irnos para la época Romana donde aquellas mujeres preferían esos hombres por ser ricos, ya que poseían fortunas por criar mulas y venderlas más allá de sus fronteras, estos tipos de personas eran los que aquellas aprovechadas chicas criadas miraban, pero en adelante sus padres también los deseaban, porque con la adquisición de un rico para una de sus hijas, la situación económica en su familia cambiaría.

Estas jóvenes mujeres que buscan el amor por lo económico y fingiendo todo lo demás, según los hombres que buscan de sus placeres se han ganado el nombre de las Meretrices Sin Cedulas en San Juan, porque sin poseer la edad suficiente para saber que hacer con sus cuerpos y otras cosas más, ya a temprana edad han explorado todo lo que encierra un mundo que sin preparación lo que depara es una vida atascada y complicada porque todo lo que hoy es abundante mañana es escaso y esta máxima como dirían en el campo, no les ha pasado por sus cabezas a estas aspirantes a mujeres o mas bien féminas que se están formando para ser adultas y que han entrado en el mundo de la venta de placeres sin ninguna prescripción, estipulación y mucho menos sin ser fiscalizadas para que ya digan que con legalidad se hacen esos actos correctos. 

Estas meretrices que se juegan la vida y las de los demás en un mundo cargado de morbo, poca educación, donde las mentes de los mas débiles son las que flaquean, por eso estas meretrices ojala un día logren ser felices para que jamás no vayan a sentirte tan tristes.

Por Héctor Solis.
El autor es licenciado en Comunicación Social, egresado de la UCE.
Locutor profesional, carnet CNEPR 8918
Además productor y comentarista de varios medios de comunicación

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