Por: Miguel Ángel Geraldo.
Siempre hemos sido abanderados de que la Policía Nacional sea un órgano eficaz, técnico e investigador y que se les otorguen a sus agentes las facilidades y prerrogativas que permitan mejorar la calidad de vida de los mismos.
También desde muchos escenarios hemos abogado por una reforma Policial que permita mejoras salariales, preparación técnica, pero sobre todo dimensionar todo el entorno de nuestra Policía Nacional para que la ciudadanía se sienta a gusto con el trabajo que realiza esa institución.
Pero a lo largo de nuestra vida cotidiana, cuando nos encontramos viviendo la segunda década del siglo XXI, sigue siendo la Policía Nacional una institución en donde prevalece el abuso de poder, las torturas y el descrédito y la doble moral por parte de las actuaciones de sus agentes.
Decimos esto, basados en una brutal y abusadora paliza de la que fue objeto un ciudadano, quien fue detenido sin ningún tipo de dificultad y resistencia y llevado a la Dirección Regional Oeste de la Policía y que en horas de la noche fue golpeado, castigado y sometido a los más remotos y crueles métodos de torturas, teniendo que ser este llevado al hospital universitario Alejandro Cabral de esta ciudad de San Juan de la Maguana para ser atendido, producto de lo sucedido.
Constituye primero un acto de cobardía golpear a un hombre indefenso y segundo es un abuso de poder aprovechar una situación como esa para castigar a una persona.
En los últimos tiempos, los hechos bochornoso en la que se han visto nuestros agentes nos obligan a dudar de la mayoría de sus miembros, dejando atrás el respaldo que en el pasado le ofrecimos a esta institución, en donde los robos como el cometido por agentes del Dican, las torturas y otras clases de acciones perversas, acechonas y abusos, obliga necesariamente a la sociedad a perderle en su totalidad la confianza a nuestra Policía.
A los fines de que se produzca un nuevo acercamiento entre la sociedad y la Policía Nacional, desde esta tribuna estamos pidiendo al ejemplar general licenciado Nelson Peguero Paredes a que investigue por qué y cuales fueron la circunstancias que motivaron a miembros del Departamento de Investigaciones Criminales y otros agentes de la uniformada, a darle una golpiza al señor Juan Ramón Herrera Cordero, ya que no se justifica la forma brutal como fue dejado este, tras ser apresado y llevado a esa dependencia.
En espera de respuesta y ante cualquier tipo de represalia de que pueda ser víctima este hombre una vez más por atreverse a denunciar esta golpiza de que fue objeto, esperamos acciones que puedan conllevar sanciones a los agentes policiales que se atrevieron a maltratar a ese ciudadano.
Solo nos resta decir, que si no se toman medidas sancionables, estaremos abocados a seguir con una Policía torturadora, abusadora de poder y con una gran taza de descrédito en la sociedad dominicana.
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