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martes, 18 de octubre de 2016

Que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha ¿gratitud?

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No sabemos a quien se le ocurre reclamar agradecimientos, reconocimientos o recompensas, que es lo que al parecer esperaban algunos, cuando una persona que se denomina cristiana realiza un acto de bondad o ayuda a su prójimo.
En este caso, ni siquiera es la sabiduría terrenal la que debe responder a estos individuos, fue el Señor Jesús en palabras recogidas por el Nuevo Testamento, quien habló de este tema expresamente y lo hizo de la manera que sigue.
¨Por eso, cuando des limosna, no toques trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados por los hombres. En verdad os digo que ya han recibido su recompensa¨.
¨Pero tu, cuando des limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha, para que tu limosna sea en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te lo recompensará¨. Mateo capítulo 6 versículos 2-4.
Cuando ocurre una desgracia a un vecino, como lo ocurrido por el Huracán Mathew a una región de Haití, lo correcto es acudir en ayuda de los afectados, sin pensar que habrá algún agradecimiento o que con esto se está comprando la voluntad de quien en ese momento la necesita.
No entendemos como algunos, que se denominan cristianos, se ponen en fila para comulgar en las misas católicas y hasta dirigen partidos en cuyas siglas aparece la palabra cristiano, ni siquiera se han ocupado de indagar cual debe ser su actitud ante la desgracia ajena.
En la esencia de un pueblo como el nuestro, que confiesa el cristianismo como religión en forma mayoritaria, está el deseo de ayudar a quien nos necesite, siempre de manera desinteresada y sin esperar nada a cambio, tal cual fue la enseñanza del nuestro Señor.
Frente a la desgracia de Haití, la actuación de los organismos de socorro y el gobierno dominicano ha sido la correcta, y está alineada con lo que es una actitud de nuestro pueblo de acudir en ayuda de quien nos necesite, no importa la opinión de personas que no representan a los que mueren de hambre y de sed en la región sudeste de ese país.
Hagamos un recuento de las acciones del gobierno dominicano en este caso, y veremos que nuestra reacción, ante la desgracia ocurrida en Haití, es una acción humanitaria y coordinada con sus autoridades, no importa las críticas de algunos haitianos que seguro tienen ¨las tres calientes¨ en su casa.
Los dominicanos no nos presentamos ahí con un convoy de camiones llenos de lo que nosotros creíamos necesitaban los haitianos, esto fue el resultado de una visita que realizó el Presidente Danilo Medina a su par Joselene Privert, a quien inquirió sobre las necesidades que pudiera tener esa nación ante el paso de Mathew.
Los requerimientos entonces, fueron enviados al gobierno dominicano, que actuó en consecuencia y envió una misión de ayuda en forma inmediata, que incluye equipos pesados de construcción, que son los que están sirviendo para abrir los caminos y reparar los puentes que han dejado aisladas comunidades enteras en Haití.
Los campamentos donde pernoctan estos equipos y los trabajadores dominicanos, fueron declarados terreno diplomático, que es lo que justifica la presencia de soldados de nuestras fuerzas armadas, ya que de acuerdo con la Convención de Viena esto se convierte, provisionalmente, en territorio dominicano.
Es decir, en todo momento la República Dominicana y su gobierno han actuado respetando las normas del derecho internacional, con el único objetivo de aliviar la pesada carga económica y de destrucción de propiedades que dejó a su paso el huracán por tierras haitianas.
Esto lo hemos hecho como un pueblo solidario, frente a desgracias ocurridas en otros países de nuestra región, donde siempre hemos estado presentes aportando lo poco o mucho que podamos hacer en situaciones de emergencia o crisis humanitaria como la que está camino a padecer Haití.
Pero ademas, lo mejor que podemos hacer los dominicanos, es ir en ayuda de Haití dentro de su propio territorio, porque sino lo hacemos, tendremos que hacernos cargo de los haitianos cuando crucen la frontera hacia nuestro territorio y en ese caso lo harían en condición de refugiados, lo que nos causaría un terrible problema en el campo diplomático.
El tema de las relaciones de República Dominicana y Haití, debe ser tratado por cabezas frías, que sean capaces tener una visión estratégica del problema, ya que de no ser así estaríamos creándonos problemas innecesarios.
Mientras tanto, llamar ¨ingratos¨ a los infelices que hoy se alimentan de los víveres, huevos, pollos, agua y otros insumos, por las declaraciones de un grupo que bien podrían están defendiendo sus intereses económicos en Haití, no concuerda con una persona que se denomine cristiana, porque nadie esta reclamando gratitud.
Hay algunos en este país que son tan ideologicamente analfabetos, que no se han dado cuenta ni siquiera que cuando hablan lo hacen en contra de la doctrina que dicen defender, lo mejor es ¨hacer el bien y no mirar a quien¨ como lo enseñó el Señor Jesús.
Por Humberto Salazar

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