SANTO DOMINGO.- Los principales partidos del sistema político nacional apuntan concurrir a las elecciones del 15 de mayo con algún tipo de debilidad interna, como consecuencia de crisis y conflictos generados a lo interno de cada una de esas organizaciones, diferendos que no presentan señales de quedar subsanados antes del proceso comicial para escoger Presidente, vicepresidente, legisladores y alcaldes.
La crisis que recién acaba de aflorar en el Partido Revolucionario Moderno (PRM), por la candidatura a la principal alcaldía, la del Distrito Nacional, viene a marcar el mapa completo que componen los grandes partidos y que confrontan inquietantes problemas en sus respectivas estructuras y entre sus dirigentes.
Ya antes afectados los demás partidos por cuestiones de disidencias y diferencias internas, el PRM, que venía de confrontar problemas de menor impacto, se ve obligado a lidiar un conflicto de mayor escala luego del firme “atrincheramiento” de Rafael Suberví Bonilla que reclama ser nominado alcalde de esa organización por el Distrito Nacional, lo que resueltamente rechaza el partido moderno.
Las confrontaciones que amenazan o ponen en apuros la unidad y armonía partidaria, ya afectaron, sin ser superadas, a los partidos de la Liberación Dominicana (PLD), Revolucionario Dominicano (PRD) y Reformista Social Cristiano (PRSC).
Estas organizaciones, a la luz de lo que presenta el actual panorama, van camino directo a la contienda electoral lesionados en sus estructuras internas.
Los conflictos que las zarandea pone en igualdad de condiciones, en teoría, a las cuatro fuerzas políticas que junto a otras participarán en los comicios presidenciales, congresuales y municipales.
Y distinto a otras épocas y escenarios políticos, en esta ocasión pareciera que ningún partido en particular sale fortalecido beneficiándose o sacando ventajas de las deserciones y/o crisis internas de los otros.
Esto así en el entendido de que más que los votos a sumar o restar, es la percepción pública la que suele inclinar la balanza a favor o en contra en cuestión de divisiones de los partidos.
En el caso de que se trata lo que ha captado la opinión pública es que los problemas existen en el universo del sistema político nacional, sin excepciones en cuanto a los grandes o tradicionales partidos.
A los llamados partidos emergentes, que aun no los asusta el fantasma de la división, con algunas excepciones, les vendría bien recibir a aquellos disidentes, pero esa no es la cultura ni la tradición política en el país.
POR LUIS BRITO
No hay comentarios.:
Publicar un comentario