Nunca me he referido, ni para bien ni para mal, acerca de lo que ha dicho mi amigo Andy Dauhajre sobre diversos tópicos. En esta primera oportunidad, más que enjuiciar lo expresado por Dauhajre, me referiré a dos de sus artículos, uno publicado el 21 de febrero y otro el 28 del mismo mes del 2011, resumiendo lo dicho por él mismo acerca de Hipólito Mejía.
En el primer artículo, Andy desarrolla la idea de que al Partido de la Liberación Dominicana (PLD) le conviene que el candidato del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) sea Hipólito Mejía, en el entendido que éste ya fue presidente y al PLD se le haría más fácil diseñar una estrategia en contra del candidato del PRD.
Mi amigo Andy argumenta que los desaciertos de la gestión gubernamental de Hipólito Mejía en materia de inflación, la cual llegó a 42.7% en el 2003, le permitiría decir al PLD que Hipólito tuvo su “oportunidad y fracasó”.
Lo propio ocurrió con la tasa de cambio, la devaluación monetaria del peso respecto al dólar se colocó a más del 55 x 1 a principios de febrero del 2004, lo cual quiere decir en las mismas palabras de Andy, que Hipólito tuvo su “oportunidad y fracasó”.
Pero igual comportamiento tuvo la pobreza; la misma se incrementó en casi un millón 600 mil nuevos dominicanos, pasando de esa manera el gobierno de Hipólito como el que aumentó más la pobreza en República Dominicana, lo cual también quiere decir que Hipólito tuvo su “oportunidad y fracasó”.
A la par con la pobreza, la tasa de desempleo alcanzó los niveles más altos de la historia económica reciente, al pasar de 13.9% a 18.4% durante el gobierno de Hipólito. Dicho en palabras de Andy, Hipólito tuvo su “oportunidad y fracasó”.
La cosa no se queda en el ámbito de lo económico, a nivel de la seguridad ciudadana, medido por el índice de criminalidad en la gestión de Hipólito, pasó de 1,092 homicidios a 2,203, de manera que Hipólito tuvo su “oportunidad y fracasó”.
Respecto al ámbito de la educación, en el período de gobierno de Hipólito la proporción del presupuesto nacional como expresión del PIB, pasó de 2.2% a 1.3%; de manera que el discurso del 4.0% en boca del PRD no encuentra sustento, por lo que Hipólito tuvo su “oportunidad y fracasó”.
En cuanto al segundo artículo, mi amigo Andy hace un recuento del mal desempeño electoral de Hipólito Mejía, al destacar que en el 2000 el PRD obtuvo el 49.9 % de los votos, en el 2002 sacó 41.3% y en el 2004 el 33.6%, una tendencia decreciente durante el período gubernamental de Hipólito; de manera que también en material electoral tuvo la “oportunidad y fracasó”.
Como el lector ha podido apreciar, son los propios juicios de Andy que descalifican a Hipólito para gobernar, y como lo dijo el mismo cuando se organizó en el PRD, “tienen que respetar mi condición de yo ser transparente”; en otras palabras, Andy lo que quiere es que lo dejen decir “las cosas como son”.
Y al igual que mi amigo Andy, terminaré este artículo diciendo que con Hipólito Mejía como candidato presidencial, el PRD seguirá 4 años más en la oposición, pues los votantes sabrán con artículos como los de Andy, pasar de la pasión a la razón, a fin de que el país siga tranquilo, sin los sobresaltos que vivimos todos los dominicanos en el período 2000-2004.
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