Bateando para .300 con el micrófono

En el lado B de la vida de Wason Brazobán, detrás de su exitosa carrera artística, hay una historia que el gran público no conoce.

Tres años antes de irrumpir en la escena musical con el Grupo Negros, Wason fue firmado como torpedero por los Gigantes de San Francisco.

Aunque siempre cantó en el coro de la iglesia, nunca tuvo mayores pretensiones. Pese a palmarios ejemplos, tenía la errada convicción de que bajo los reflectores del arte, el éxito estaba reservado para blanquitos ojos verdes.

“Yo no pensaba que un negrito de Villa Mella podía ser artista”, señala el orgullo de la calle Imbert, sector La Torre, de Buena Vista II.

Además, su mente estaba focalizada en ser pelotero profesional, deporte que jugaba desde que tenía uso de razón.

Esa meta la cumplió en el año 2000, cuando, gracias a su buena defensa, fue firmado por la organización de los Gigantes de San Francisco con un bono de 6 mil 500 dólares.

“Si tú preguntabas por Wason en Villa Mella es probable que la gente no supiera de quién hablaba”, expresa.

“Ahora, si preguntabas por ‘Manosuave’ todo el mundo te podía responder”, apunta Brazobán, de 5-10 de estatura, quien fue firmado por Johnny DiPuglia  y Rick Ragazzo.

Previamente, Wason había sido visto por los escuchas Junior Noboa, de Arizona Diamondback, por Pablo Peguero, de los Dodgers de Los Angeles, así como por Héctor -Cuqui- Acevedo, de los Rancheros de Texas, y por Epifanio Guerrero, de los Azulejos de Toronto.

El “try out” de Arizona se realizó en el parque de la Universidad Pedro Henríquez Ureña y estuvo a un tris de ser firmado, pero Noboa y uno de sus asistentes, Julio César Paula, prefirieron fichar al intermedista Audo Vicente, hoy dirigente de los Leones del Escogido, y al jardinero Abraham Almonte.

“Epy también intentó firmarme algunas veces, pero yo no corría mucho. Hacía 7.2 segundos en las 60 yardas, muy alto para un infield. La velocidad promedio es 6.9”, explica.

“Siempre tuve buenas manos y me firmaron esencialmente por eso. Mi fama era esa, yo aparaba muchísimo”, recalca.

Con conocimiento de causa, señala que para su desgracia Robin Young, Carl Ripken Jr., Alex Rodríguez y Miguel Tejada, revolucionaron la posición con su gran ofensiva y poderío.

“Antes de eso, cualquier muerto bateando .240 jugaba en Grandes Ligas”, enfatiza.

Su buen guante no le llevó al Gran Circo, pero sí le permitió darse el lujo de que Albert Pujols, a quien tuvo como compañero en la Liga Bolívar Díaz, se viera precisado a moverse del campo corto para la antesala.

“Chabeto”, apodo con el que todos los compañeros de entonces nombran al hoy laureado inicialista,  “jugaba con el uniforme y el guante de su papáÖ Amín, creo que se llama”.

“Chabeto creció de un momento a otro. Siempre tuvo actitud para el juego”, resalta.

Liga de Verano

Luego de darles parte del bono a sus padres Flérida Guzmán y Gumersindo Brazobán, “Manosuave” compró abundante ropa, una cadena de oro y se puso un aretico en la oreja derecha, algo muy habitual entre sus colegas peloteros.

Durante tres años, su falta de ofensiva y de velocidad le impidieron dar el próximo paso, viajar a Estados Unidos, y se mantuvo accionando en el campo corto y en la intermedia en un estadio del Ingenio Porvenir, en San Pedro de Macorís, donde operaba la academia de los Gigantes.

Su promedio siempre estuvo rondando justamente los .240. Como en el segundo año no pudo viajar, su tiempo de juego disminuyó. Para el tercero, al que llegan todos los que probablemente serán dados de baja, Wason estaba claro de que sería licenciado, como en efecto ocurrió en el año 2002.

Antes que eso, su hermano Starling le informó que un señor llamado Cholo Brenes,  le había llamado a la casa con la intención de incorporarlo a un grupo vocal que estaba formando.

Wason se presenta a los ensayos con una canción de su autoría (“Me cambiaste la vida”) que terminó convirtiéndose en el primer hit del Grupo Negros y fue profética. De manera, que la época del cantautor Wason Brazobán irrumpió en la escena musical cuando concluía la del beisbolista. 

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SU ÍDOLO

Durante su primer torneo en la Liga de Verano, Wason conoció a Robinson Canó, quien con el tiempo se convertiría en su ídolo.

“Robinson Canó es mi pelotero favorito. Es el segunda base que yo quise ser”, declara.

“Me gusta su forma relajada de jugar, sus buenas manos”, destaca sobre el estelar bigleaguer de los Yankees de Nueva York.

El béisbol sigue siendo el hobbie principal de Wason Brazobán, quien se ufana de decir que sabe más de ese deporte que de arte.

¿De vez en cuando ve por la TV los juegos?, se le cuestiona.

— “De vez en cuando?, exclama a manera de pregunta. “Yo veo juego de pelota todos los días. Cuando estoy en casa, si estoy viendo televisión es pelota”.

Ferviente fanático de los Leones del Escogido en el campeonato local y de los Yankees en las Grandes Ligas, aunque desde el pasado año le está dando un seguimiento especial a los Piratas de Pittsburgh debido a que su hermana Noelia está casada con el prometedor outfielder Starling Marte.

“Veo muchos juegos de los Piratas para seguirlo a él”, apunta.

“Starling Marte es un paquete completo, corre, es un posible Guante de Oro, con un brazalete y un poder que no ha desarrollado todavía”.

Aunque hace ya una década que fue despedido por los Gigantes, Wason se mantiene vinculado de varias formas a la industria del llamado deporte rey en el país.

Una de ella es apadrinando a dos espigados infielders de Juan Barón. Se trata del antesalista Oscar González y del torpedero Brayan Germán, ambos de 15 años.

“Tengo grandes esperanzas de que serán firmados en Julio 2 del 2014”, manifiesta.

El compositor e intérprete de “Mi Reina” y “Contigo en la Cabeza”, entre otros populares cortes, agradece al béisbol por la disciplina que le dio.

Indica que cuando un equipo comete el error de llegar tarde a un partido, le cantan ‘forfeit´y si se trata de un pelotero los managers suelen sentarlo por su falta.

“Tú nunca vas a escuchar que Wason Brazobán llegó tarde a una presentación” .