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martes, 8 de marzo de 2022

Las mujeres están ganando terreno en la judicatura dominicana

Esmirna Gisselle Méndez y Kenya Romero.
Gisselle Méndez y Kenya Romero tienen más de una década siendo juezas y se han destacado en su rol

Sin lugar a dudas, la mujer está ganando terreno en la judicatura dominicana. Sobrepasan el 50 por ciento en la composición de los juzgados de paz, de primera instancia y de corte.

Y las estadísticas no mienten. Un ejemplo de ello es que, en el Palacio de Justicia de Ciudad Nueva (jurisdicción del Distrito Nacional) las juezas son las que “tienen el mando”. Los cuatro Tribunales Colegiados, la Coordinación de los Juzgados de Instrucción y la Presidencia de la Cámara Penal son dirigidos por mujeres.

Las magistradas Esmirna Gisselle Méndez, presidenta del Primer Tribunal Colegiado del Distrito Nacional, y Kenya Romero, coordinadora de los Juzgados de la Instrucción del Distrito Nacional, bajaron un momento del estrado para conversar con elCaribe sobre este tema a propósito de que hoy se conmemora el Día Internacional de la Mujer.

Para estas destacadas juezas, las mujeres están en un momento preponderante de la vida en sociedad y se han ido abriendo paso a lo largo de los años en todas las áreas del conocimiento y del saber.

Ambas tienen más de una década administrando justicia, pertenecen a la Comisión para la Igualdad de Género del Poder Judicial, y además, son madres.

Han sabido combinar sus roles

La magistrada Esmirna Gisselle Méndez, quien ha conocido mediáticos casos como Baninter y Odebrecht, considera que las féminas han ido ganando terreno ya que han dejado de lado esa idea de que solamente es el hogar.

“Ha podido conciliar sus roles como ama de casa, como madre, como hija, con su rol como profesional exitosa, y también la sociedad nos ha ido abriendo puertas y nos ha ido dando oportunidades en igualdad de condiciones que los hombres”, expresó durante una entrevista en su oficina.

Pero no es solo que son mayoría, la magistrada Kenya Romero, a quien le ha correspondido conocer las medidas de coerción de los últimos casos de corrupción, piensa que el rol de la mujer como jueza es importante y fundamental.

“La mirada que tiene una mujer de los hechos, de las situaciones, es una mirada humana, por nuestra naturaleza, por nuestra capacidad de actuar, de ser objetivas, de resolver conflictos en las casas, además de que la mujer tiene un plus porque históricamente la mujer desempaña roles plurales, muchos roles en su vida y esto se trae al ser jueza”, manifestó.

Los datos entregados por el Poder Judicial, indican que de los 772 jueces que hay a nivel nacional, 467 son mujeres, es decir un 60.6 por ciento.

Una mujer nunca ha presidido la SCJ

Pero, aunque son la mayoría, ninguna mujer ha llegado a ser presidenta de la Suprema Corte de Justicia (SCJ), un asunto que la magistrada Méndez espera que esto suceda en un futuro no muy lejano, y que Romero cree se debe a un tema cultural que está cambiando.

“La mujer en la justicia somos la mayoría excepto en la Suprema Corte de Justicia, donde la mayoría son hombres por un tema de cultura, de que eran posiciones de hombres, que evidentemente va a cambiar, está cambiando esto”, expresó Romero, quien indicó que aún así ha podido constar que por el mérito se lograr ascender en el Poder Judicial, pues ingresó a la judicatura son solo 22 años y ha llegado a varios puestos.

Méndez, quien desde niña sabía que quería ser jueza e ingresó al Poder Judicial siendo oficinista y, luego en 2005, se graduó de la Escuela Nacional de la Judicatura, dijo que quiere pensar que la falta de determinación y no la discriminación han impedido que una mujer presida la Suprema Corte de Justicia.

“La realidad es que la sociedad le demanda mucho más a las mujeres que a los hombres, porque nos demandan y se nos exige más en nuestra condición de mujer y aun cuando hemos demostrado que tenemos todas las herramientas y todas las competencias para desarrollar una posición en igualdad condiciones que un hombre, en muchas ocasiones se privilegia la condición masculina para ocupar esas posiciones y es por esos patrones de conducta, que hemos venido arrastrando históricamente, y esa idea de que esta sociedad patriarcal donde la cabeza es un hombre”, expresó.

El rol del juez es primordialmente dirimir conflictos, y que hablen mal de ellas por su función no les afecta, pues están tranquilas con sus decisiones, que dijeron toman en base a derecho y sin ninguna presión de nadie.

Méndez manifestó que nunca ha sentido miedo de hacer lo que corresponda, pues dijo, al momento de juzgar es compromisaria de garantizar un juez independiente e imparcial.

No hay temor a la hora de tomar decisiones

Ese temor que la gente piensa que tienen los jueces al momento de fallar, para Méndez no es más que la poca o mucha compresión que se tenga de qué es lo que un juez está decidiendo en base a lo que se le ha planteado en la audiencia.
Romero considera que la actividad de juzgar es difícil ya que implica que la vida y los bienes de las personas están en manos de otra persona, a la que le tocó esta función por un tema de organización de la vida. “Hay que estar concienzudo, me siento muy bien y feliz de ejercer este rol porque me permite, dentro de las posibilidades, intentar tutelar a las personas de cara a los conflictos que existen en sociedad”, dijo. Que algunos juristas interpongan querellas en su contra tampoco le afecta, pues dijo que trata de ver los casos de delitos sencillos y complejos del mismo modo, y que además respeta del rol de los abogados defensores. Otra cosa que tienen en común Méndez y Romero es que no ven noticias, para no contaminarse de las opiniones de los demás y conocer el caso de manera parcial.

Por: Rosmerys De León

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