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martes, 24 de mayo de 2022

Padre de la pastora asesinada: Hay unos poderes fuertes en la Policía

Puede que esos delitos estén ocultos bajo el motivo por el que fue castigado seis de 12 veces, el coronel de la Policía César Maríñez Lora.


Marino Muñoz Concepción, padre de Elisa Muñoz y suegro de Joel Díaz. LEONEL MATEO.



Por: Yadimir Crespo

SANTO DOMINGO.- “Hay unos poderes fuertes en la Policía, muy grandes, pero yo no me voy a dete­ner por eso, ni voy a dejar de hablar por eso, ni tengo miedo para hablar”, quien se expresa tan confiado es Marino Muñoz, padre de Elisa Muñoz, quien murió en marzo de 2021 en Villa Altagracia atacada a tiros junto a su esposo por poli­cías.

Muñoz no deja de pregun­tarse por qué a quien acu­san de orquestar todo, vio­lando los protocolos de la institución, era parte del cuerpo del orden, como coronel y encargado del Departamento Policial de Villa Altagracia, cuando tiene antecedentes de fal­tas en la Policía Nacional.

“¿Por qué estaba en la institución (…) si robó, lo agarraron preso por llevar­se la droga, tiene antece­dentes penales viejo, por qué?”, inquiere.

El historial de vida po­licial del coronel César Maríñez Lora, al cual pe­riodistas de este diario tu­vieron acceso, no mencio­na ninguno de los actos que Marino Muñoz ha es­cuchado que le atribuyen al que antes de ser apresa­do comandaba un destaca­mento policial desde hacía aproximadamente cinco meses.

No obstante, puede que esos delitos estén ocultos bajo el motivo por el que fue castigado seis de 12 ve­ces: “negligencia y falta de tacto en el desempeño de sus funciones”.

Las otras veces fue por fal­tar a sus responsabilidades e incumplir con reglas de la institución, tales como no haber contestado la radio de comunicaciones, faltar al servicio que tenía asigna­do, permitir o realizar lla­madas al extranjero y ser sorprendido durmiendo en las oficinas de un destaca­mento. Quien se licencia­ra como abogado en 2014, ingresó a las filas policiales el 1 de mayo de 1986 sin si­quiera haber culminado la educación secundaria y fue en diciembre de ese año que obtuvo su primer cas­tigo. El siguiente en la lista llama la atención. Data de 1997 y señala que fue cas­tigado por 30 días, el máxi­mo de tiempo que puede ser arrestado según la ley institucional que rige a la Policía Nacional, luego de haber sido negligente cuan­do se desempeñaba como comandante en la Dirección Nacional de Control de Dro­gas (DNCD). Aunque no es­tán registrados los cargos que desempeñó, en ese año fue trasladado dos veces an­tes de ser designado como comandante del Destaca­mento de Matanzas, Baní.

Tras su regreso a trabajar con narcóticos, en noviem­bre de 2010 recibió un en­comio o carta de recono­cimiento “por su excelente labor capturando 223.8 gramos de droga”.

No obstante, fue luego de comportarse negligente­mente en cinco ocasiones cuando lo suspenden por primera vez en 2012, mien­tras ocupaba un cargo den­tro de Investigaciones Cri­minales, pero los registros de la Dirección Central de Recursos Humanos de la Policía Nacional no reco­gen cuál fue el detonante que llevó a esa suspensión y tampoco el tiempo que es­tuvo en esta condición.

Sin embargo, en el histo­rial de cargos, se señala que un mes después había sido trasladado y designado a la Dirección Nacional de Se­guridad Preventiva.


Entrevista
Cuando ocurrió el suceso en Villa Altagracia, en entrevis­ta con miembros de Asun­tos Internos de la Policía Nacional, Maríñez dijo que nunca ha sido sometido a la justicia o algún tribunal de justicia policial, en 34 años que tiene en las filas de la Policía Nacional y pese a las faltas señaladas.

Aunque luego dijo que, por asuntos policiales, ha sido entrevistado en an­teriores ocasiones por la Dirección de Asuntos In­ternos. Pero no señaló cuántas veces.

Mientras, Muñoz atribu­ye la permanencia de Marí­ñez en el cuerpo del orden al sistema que, hasta donde conoce, consiste en el tras­lado a otra provincia cuan­do alguno de los altos ran­gos comete un delito.


 SUCESO
Traslados.
La hoja de Maríñez re­porta casi 40 traslados que, junto a las designa­ciones, ascienden a un total de 77 movimien­tos de dependencias y áreas. Los años 2008 y 2018 son los que más presentan con 7 cada uno y hasta entre 2 y 4 traslados en un mismo mes de esos años.

La narrativa.
El padre de Elisa agrade­ce a Dios que los acom­pañantes de su hija y yerno hayan permane­cido vivos pese a que el vehículo recibió 33 im­pactos de bala. Tan­to Claudio Ramírez La­mais como Carlos Pérez Báez, el primero resultó herido y el segundo que­dó ileso de milagro, vi­vieron para contarlo. De no ser así, creen que la narrativa de los agentes fuera otra.

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