Dicen que están enfermos pues sus casas siempre están llenas de tierra como consecuencia del desplazamiento de los volteos.
Expresan que, de esa mina existente en la comunidad, solo les han dejado las enfermedades respiratorias y gripales.
Agregaron que se han quejado y han protestado, pero como respuestas les han apresado por el legítimo derecho a exigir.
En medio del reclamo uno de los residentes dijo que el problema podría ser resuelto, pero para ello hay que tener paciencia.
A veces la lanzan agua, pero igual tras una hora pasado los camiones vuelven al mismo problema.
Personas con problemas de salud, dijeron que han visto deteriorar su situación debido a la gran polvareda.
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