Por: Miguel Ángel Geraldo
Desde que fue fundada nuestra República, han sido múltiples los encontronazos con el pueblo Haitiano, país con el cual compartimos la isla, nación que se ha convertido en el Talón de Aquiles para el pueblo dominicano.
Los haitianos se han adueñado de nuestro territorio en múltiples ocasiones a la fuerza, teniendo los dominicanos que esclavizarse ante su yugo, en ocasiones derramando la sangre de muchos dominicanos inocentes para consolidar el sueño de tener una patria libre e independiente de toda potencia extranjera como lo soñaron los forjadores de la dominicanidad.
Al transcurrir de los años nos ha tocado a los dominicanos cargar pesado con una cruz acuesta de nuestros hombros debido a que Haití es una nación desorganizada sumida en el atraso, abandono y en donde la ingobernabilidad ha estado presente desde su fundación.
La República Dominicana le ha construido Universidad, le facilita el libre mercado a través de nuestras fronteras, en momentos de desastres y situaciones catastróficas somos el primer país en llegar a socorrer a los haitianos, a quienes a pesar de su desatención, su maltrato y ser estos unos mal agradecidos, los dominicanos les hemos dado un trato de hermano el cual es inmerecido.
Pero la provocación de la Sentencia del Tribunal Constitucional, el desafío de nuestras leyes y nuestra Constitución es uno de los eslabones que formaron la cadena y ya la capa rebosó con lo que un grupo de haitianos hicieron en El Seibo, en donde quemaron nuestra insignia tricolor, nuestra Bandera Dominicana, y en lugar de esta izaron la Bandera Haitiana en franco desafío a nuestra soberanía.
Señor presidente, es tiempo de ponerle caso a lo que hacen los haitianos en nuestro país, quienes no solo nos han invadido pacíficamente, sino quienes orquestan un plan de tomar por la fuerza la República Dominicana para devolvernos el yugo que por largos 22 años fuimos objetos, y que hoy, por algunos miserables, malos dominicanos que han querido olvidar su historia, esta está al punto de repetirse y eso no lo vamos a tolerar.
Dominicanos y Dominicanas escuchen con atención, es tiempo de que nos preparemos para tocar nuestros tambores de guerra, porque una nueva batalla se aproxima, y por el sacrificio de Duarte, Sánchez, Mella, Luperón y otros patriotas, no podemos permitir que los haitianos se apoderen de nuestra media isla, ni siquiera por un segundo, y que en cada paraje, sección, Distrito Municipal y Provincias que componen la República Dominicana, nos mantengamos en alerta, ya que, la copa ha rebosado, por el atrevimiento de los haitianos y por forma de algunos malos dominicanos, quienes de manera traidora a la patria, se han aliado con los enemigos para vender el país.
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